dimecres, 26 d’agost del 2020

Algo muy extraño.

A veces llega a tu vida alguien distinto, alguien que te da mil vueltas y te convierte en otro ser diferente al que fuiste ayer, incluso a la persona que fuiste hace unos minutos. 

Lo que sientes es algo diferente, es profundo e indiscreto. 

No es un amor convencional, es atrevido y que despierta tu lado insensato. 

Es dañino y lo sabes, sin embargo decides quedarte en ese círculo que te corta las alas, que te desmenuza el alma, a cambio de ratitos de felicidad.

Gracias por lo vivido, no me arrepiento de haberte conocido porque contigo aprendí muchas cosas... Eres mi fuente de inspiración... Me hiciste más fuerte pero a la vez tan vulnerable. 

Algunas veces llegué a tocar el cielo con tan solo mirarte. Curaste mis heridas, pero a la vez creaste otras nuevas. Es difícil tratar de olvidarte, por todo lo que has llegado ha hacer por mi en tan poco tiempo.

Aun asi prefiero conservar el mejor recuerdo de ti y quiero que sepas que las gracias que te he dado han sido sinceras, de corazón. Porque te quiero mucho amigo. 🍀🤞

Me siento sola a pesar de tener familia... - Un poco de amor en la poesia |  Facebook

dilluns, 24 d’agost del 2020

Haces más de lo que puedes.

Después de mucho tiempo, vuelvo a escribir gracias a un buen amigo que me ha animado a hacerlo. Va por ti 🍀🤞.

—¿Pero por qué no me has llamado antes?
—No sé. Supongo que no quería molestar.
—¿Molestar? ¿Pero cómo me vas a molestar justo cuando más me necesitas?
—No sé. Es que... esta no soy yo. No soy la mujer feliz, atrevida y lanzada que conoces. No estoy en mi mejor momento.
—¿Pero cómo vas a estar en tu mejor momento, si hace solo unos días que pariste a semejante ternasco? Eso de parir y estar estupendas es una utopía de las revistas. Dar a luz a un bebé se hace en unas horas, pero es la culminación de meses de cambios. Y es justo en ese momento cuando empieza todo.
—Ya... yo pensaba que una vez naciera todo sería diferente.
—Porque nos cuentan no sé qué mierdas... oye, ¿has comido? Ahora mismo te preparo algo caliente.
—No, no. Me niego.
—Pues yo me niego a que te niegues.
—Pero tú tienes tus propios hijos.
—Que están al cuidado de su padre. Ahora mismo tú me necesitas mucho más que ellos.
—Estoy tan cansada... estoy cansada de estar cansada, jajajaja.
—¡Bueno, parece que alguien está recuperando el sentido del humor!
—Sí, ¡pero me río por no llorar!
—¡A ver si estás llorando poco!
—¿Qué quieres decir?
—Que necesitas un abrazo de amiga, tía. Y llorar todo lo que no estás llorando. Que he leído que hay bebés que lloran todo lo que su madre no llora. Y no te lo digo para que te sientas culpable. ¡A la mierda la culpa!¡Lo digo por ti!¡Llorar es la bomba!
—Pero yo no quiero llorar.
—Porque crees que llorar es asumir que estás fallando como madre. Y nada más lejos de la realidad. Fuerte no es la persona que más resiste, sino la que saca pa' fuera lo malo, y aprende de ello.

Esa tarde lloró. Lloró mucho. Lloró por su soledad. Y por haberse sentido sola incluso cuando no lo había estado.

Y vio que ella simplemente hacía lo que podía. Y que no podía hacer más de lo que ya hacía. Que era un problema de expectativas, y de entorno.

Que criar en soledad no tiene sentido. Y que lxs amigxs son un gran hombro en el que apoyarse. Siempre.