dimecres, 19 d’agost del 2015

El valor de la palabra

¿Esto es un salvaje? ¿Un salvaje es alguien cruel, peligroso, o alguien que vive en libertad en la naturaleza? ¿Esto que siento es miedo, es curiosidad, es lastima? ¿Quién está adentro y quien está afuera? ¿Qué significa ser salvaje? Vivimos con temor a la palabra "salvaje" ¿Pero qué significa esa palabra? ¿Son malvados sin alma o son almas desamparadas? ¿Los salvajes atacan o se defienden? ¿Dan miedo o tienen miedo? ¿Atacan nuestra libertad o viven en libertad? Salvaje puede ser un asesino, un lobo o un peinado. Hablamos mucho, pero no siempre entendemos el valor de las palabras. Una palabra puede ser más potente que una lluvia de misiles, porque una palabra dicha, o no dicha, gritada o susurrada puede desatar una revolución. Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí, atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas. Cuando alguien me discute mucho le termino dando la razón. Cuando siento miedo me burlo de los cobardes. Cuando estoy furioso con alguien le digo "bah, está todo bien". Para eso sirven las palabras, para ocultar lo que sientes. Uno cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo más poderoso: preguntas. Decir algo es muy potente, pero más potente aun es no decirlo. Porque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas, elegidas, que esperan pacientes el momento de ser reveladas. A veces solo hace falta abrir la boca para que se desate un huracán. Pero las palabras cuando llegan te despiertan. Las palabras pueden distraer, engañar. Las palabras son pensamientos que se convierten en acción. Actuar es mi palabra favorita, porque no se dice, se hace. Las palabras están ahí, vírgenes, listas para ser usadas. Las palabras provocan, inquietan, movilizan. ¿De quién son las palabras que decimos? ¿A quién pertenecen? ¿A uno, a varios o a todos? ¿De qué sirven las palabras si uno las dice y nadie del otro lado las recibe? ¿Qué valor tiene una palabra si nadie la escucha? Sin palabras no hay silencios. Y sin silencios no hay palabras. Muchas veces no sabemos por que callamos, y muchas más no sabemos por qué hablamos. Estamos en silencio, guardándonos las palabras hasta que algo, alguien nos hace hablar, hay tantas palabras. Y sin embargo muchas veces nos quedamos mudos, sin saber que palabra usar. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero cuando una palabra tiene valor puede contener mil imágenes. Pero no hay que preocuparse, la palabra vale. ¿Acaso hay una expresión que sea más bonita, llena de sentido y amor que un "te doy mi palabra"? Te doy mi palabra es un acto de entrega, de amor, de confianza, es más que una expresión de deseo, es un compromiso de vida, es un acto de fe. Porque cuando todo perdió valor la palabra puede rescatarnos.
Soy la esperanza de siempre,  que resiste a la desolación. Ese es el valor de mi palabra, de mi nombre.
Hay que creer y confiar en el valor de las palabras.



Resiste

Siempre tuve mis pies en la tierra y mis ojos mirando al cielo. Siempre estuve entre dos mundos, viviendo con intensidad mi vida en la tierra y sabiendo que tendría que ocupar mi lugar en el cielo. Hoy lo sé, mi tiempo en la tierra terminó. Hoy lo sé, es tiempo de mirar al cielo. Mi misión no termina, mi misión recién empieza ahora, es ahora cuando mi alma brillará más. Mi alma está lista para su gran misión: Resistir. Mi cuerpo se entrega, y mi alma resiste.
¿Para que resistir? Resistir para encontrarse con uno mismo o simplemente para sobrevivir. Resistir es lo único que nos queda, cuando ya nada nos queda.
Solamente con un amor profundo el dócil presente irradiará luz, enceguecerá todo y cesará su karma, tened fé.
Resiste, resiste. Resistid chicos, resistid. Resiste, resiste. Resiste, resiste. Resistid, resistan. Resistid. Resiste, resistan.
Resiste. Resiste con el corazón, con el alma, con tus ojos, con tus manos, con todo tu cuerpo, resiste con los pies en la tierra y los ojos en el cielo, resiste, resiste.



Te vi

Vivimos viendo sin ver. ¿Por qué nos cuesta tanto ver de verdad? Ver lo que es tan evidente. Somos curiosos, queremos ver, ver todo ¿Pero estamos preparados para ver de verdad lo que hay para ver?
Todo lo que tenemos que ver está ahí, siempre está ahí a la vista, lo importante nunca está oculto, solo se trata de querer verlo.
Cuando queremos podemos ver con los ojos, con la nuca, con el alma, ver hasta lo invisible.
Ver, verte, verme ¿puedes verme, puedo verte? Estoy aqui, estás ahí, si quieres puedes verme, solo tienes que querer. Estás vivo y solo tienes que despertar ¿Puedes? ¿Quieres?



Área de competencia

Aveces vas por la vida creyendo que estás despierto, y de pronto pasa algo inesperado, algo que te sacude, algo que te despierta. ¿Hay algo capaz de despertarnos del sueño más profundo, que es dormir despiertos?. Es paradójico, pero creo que no hay mejor despertador... que un sueño.
Cuando eres pequeño, tienes algo muy claro, tu juguete preferido, es tuyo. Si ves que alguien lo quiere, sin dudarlo dices, es mío. Defiendes con uñas y dientes lo tuyo, tu juguete, tu lugar, tu novio, pero siempre aparece alguien que viene a disputartelo. Puede ser una persona o incluso el recuerdo de otra persona, donde había dos ahora hay tres, y ya estás en una competencia.
La competencia tiene mal mirar, creemos que ser competitivo es un defecto, nunca una virtud, ¿Pero no es cuándo no tenemos competencia cuando dejamos de crecer?.
El problema de la competencia (creo yo) es la falsa creencia de que para que alguien gane, otro tiene que perder, para que alguien exista, otro tiene que desaparecer.
Olvidarte que nada es tuyo y que todo lo puedes perder, te puede dormir... se necesita un buen sueño para despertarse.
Se necesita un buen competidor para mantenerse despiertos, y crecer. Y no hace falta que otro pierda, la verdadera competencia es cuando todos de alguna manera ganan algo, no hay garantía de que el sueño vaya a cumplirse, eso te hace esforzarte para ser mejor, para que elegirse sea de cada día. De lo que sí hay garantía... es que si aspiras a ser mejor, no hay manera de que no lo seas.



La llave de tus recuerdos

Solo llora quien se ahoga en recuerdos leí en un libro, llorar es un defecto, una debilidad. ¿Entonces por qué lloro? ¿En qué recuerdos me estoy ahogando?
Siento que lloro por recuerdos que no recuerdo, como si hubiera un mundo que alguna vez fue mi mundo.
A veces escucho una palabra, o veo una cara y tengo una sensación rara, como si esa cara o esa palabra me llevaran a otro lugar, a otro tiempo.
Es como si en mi alma hubiera un gran muro que encierra otro mundo, otra Judith, otra historia por descubrir, y eso me da miedo. Me da miedo abrir esa compuerta, me da miedo lo que pueda encontrar del otro lado del muro.
Los recuerdos no se pueden matar, ni tampoco esconder, solo se pueden olvidar. ¿Pero cómo olvidarme de algo que ni siquiera recuerdo?
Eso siento, como si me hubiera olvidado de quien soy realmente, como si viviera en una mentira, como si no fuera quien creo que soy.
Uno va feliz por la vida creyendo saber quién es, y de pronto una llave, una simple llave te abre la puerta a un mundo desconocido.
Solo sabiendo quien fuiste puedes saber quién eres. ¿Es posible que uno haya sido alguien distinto sin recordarlo? ¿Es posible ser alguien distinto al que crees que eres?
Los recuerdos son como la historia, la escriben los que ganan ¿Qué recuerdos ganaron en mi historia? ¿Quién escribió mi historia?
Es muy importante saber quién eres. Y yo sé muy bien quien soy, soy Judith Bernal García, una chica feliz.



diumenge, 16 d’agost del 2015

La estantería del amor

Hola, estoy en mi mejor momento, inmejorable. Yo nací en el cuerpo equivocado, esto está a la vista, en la familia equivocada. Yo era una rica en un cuerpo de una pobre, pero ahora, ahora vamos a corregir ese error.
La verdad ni idea de como lo hice, pero esa es otra señal más de que estoy predestinada a brillar. Ah, el primer día de trabajo, la jefa nos regaló un libro que és buenísimo, se llama “La Vida es Un Mercado”, lo escribió el señor Jay.
O sea la mujer esa es enorme, o sea nos da ese libro porque quiere que seamos unos tigres. El libro dice que hay que imaginarse la vida como un gran mercado en el que tu puedes coger lo que quieras de la estantería. ¿Quieres una casa? Vas a la estantería de las propiedades y coges la que quieres.
Pobre es el que quiere porque todo está ahí, en la estantería está todo lo que quieras.
¿Quieres todo? Bueno, cogete un carro bien grande y mete todo lo que quieras, llévate el mercado entero, si para eso está.
Go and get it, ves y consiguelo, así se vive ¿Queres algo? Ves a la 
estantería y cogelo.
Uno sabe que necesita para ser feliz. El ultimo movil, el ultimo ordenador, las zapatillas más caras, cogelo ahora, ya. Si es lo que necesitas para estar feliz, cogelo. ¿Tú sientes que esa persona es la que necesitas para ser feliz? Go and get it.
Infeliz es el que quiere, porque lo que necesitas para ser feliz lo puedes coger ¿Quieres amor? Y bueno, ves a la 
estantería del amor.
Un gran mercado, eso es la vida. Este libro, sí que la tiene clara. Porque es así, tú pides y tienes lo que quieres. Esa estupidez de que el universo te da lo que pides es mentira.
El libro dice que el mundo se divide entre los que satisfacen sus deseos y los que intentan no desear.
El libro dice que los chicos, los orientales basaban su cultura en tratar de no desear como camino para ser feliz. En cambio aqui no funcionamos como esos tontos orientales y todo eso. Aqui cuanto más deseas y más consumes lo que deseas más feliz eres, no?
The world is mine, unos pocos conocen el secreto, el secreto de que puedes tener todo lo que quieres, todo.
Eso de desear algo y no poder conseguirlo, eso es de tontos, de perdedores.
Todo, pero todo lo que deseas lo puedes coger de la 
estantería. No digas que no.
Este libro la tiene tan clara, a ver, escuchen esto: ¿Se te murió el perro? Bueno, los perros no se lloran, se remplazan, ves a la 
estantería de los perros y consiguete otro, ya paso.
¿Quieres un novio, una novia? Ok, ves a la 
estantería de los novios y cogete uno.
Es así, tú haz tu pedido que en el mercado encuentras todo, hasta el amor, no? No? Piensalo...



dissabte, 15 d’agost del 2015

No me sueltes la mano

No sé si lo recuerdo o me lo contaron pero cuando era pequeña mi madre me decía "dame la mano para cruzar la calle", y yo le decía "no, no te la doy, te la presto", porque dar la mano me sonaba a darla, sacármela y darla ¿pero dar una mano no es un poco eso?
Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una camiseta que no usas, es dar una parte tuya, es darte tú.Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.Cuando tu diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una.Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros.Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase.


Alguien a quien amar.

Entiendo a ella, la entiendo. Entiendo a los malos, a los que hacen cosas horribles, los entiendo. Yo misma fui muy mala mucho tiempo. Yo creo que los malos son gente que simplemente no tuvo otra alternativa.
Yo misma soy una mala que simplemente tuvo la oportunidad de cambiar, y lo aproveché. Entiendo a los malos porque sé que simplemente buscan alguien a quien amar.No me voy porque no me crean. No me voy por la humillación de que la persona que amaba haya metido a otra mujer en nuestra vida, me haya engañado con ella y encima no me crea cuando le digo que me atacó. No me voy porque mis amigos no me tomen enserio y no les importa hacerme daño. Me voy porque necesito encontrar a alguien a quien amar.También nuestro corazón es como un motorcito chiquitito que todo el tiempo busca y busca, busca encontrar a alguien a quien amar. No se cansa nunca, aunque estemos vencidos él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amar.A veces nos pasamos cincuenta esquinas, equivocamos el camino y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos "no es por aqui", pero no lo escuchamos. Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no, el corazón no es tan egoísta, él solo busca alguien a quien amar.Pero al final siempre el corazón se hace escuchar ¿Cómo ignorar esos latidos que son señales que nos indican el camino? Y yo, estoy escuchando mi corazón, me dice que lo que busco no está ahí, que no estuvo ni estará ahí. Un corazón necesita alguien que se deje amar porque esa es la busca más simple y más compleja de este viaje, alguien a quien amar.Uno puede estar ciego gran parte del viaje, pero tarde o temprano empieza a ver el camino. Y yo estoy en eso, buscando ese lugar donde al fin esté mi roto para esta descocida.Uno puede estar perdido, pero buscar el camino ya es parte de encontrarlo. Aunque te gane la desesperanza, aunque te gane el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, busca en tu corazón, busca en tu alma mal herida. En algún lugar fuera de tu burbuja habrá alguien a quien amar.Busca incansablemente, irremediablemente, porque para eso venimos a esta vida, para encontrar a alguien a quien amar.