Que dicen por ahí que un clavo saca otro clavo. Yo, no sé si realmente es cierto, sólo sé que me he pasado la vida agarrándome a clavos ardiendo. Por eso, con conocimiento de causa, digo que antes de volver a hacerlo, prefiero simplemente pasar los días de mi vida de broca en broca. Porque si, por algún extraño motivo, viniese otro de esos martillos con patas para golpear el puto clavo a mí no va a encontrarme. Yo ya me sé de bueno , como acaba la faena. Te la clavan. Y joder si duele que te la saquen. Antes de volver a sentir como nos meten la punta doblada pensemos simplemente en probar todo tipo de clavos y dejémonos de tanta parsimonia. Que al paso que vamos, ni taladramos, ni dejamos taladrar.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada